La corresponsabilidad en materia de cuidados es imprescindible para el crecimiento de los negocios y empresas de las mujeres.
Actualmente las mujeres conforman una parte importante de la fuerza de trabajo para el mercado, sin embargo, la dinámica laboral sigue desarrollándose bajo una óptica masculina, sin considerar las responsabilidades familiares con perspectiva de género. Por ejemplo, aún es común que las empresas y organizaciones estimen a las madres como faltistas, por los permisos y licencias que solicitan, y a los padres como responsables, porque no suelen solicitarlos. Asimismo, las prácticas de conciliación trabajo-familia con las que llegan a contar se concentran desproporcionadamente en ellas, reproduciendo roles tradicionales de género y desatendiendo la demanda y complejidad de los cuidados.
Ante este panorama, y debido a la
insuficiencia de servicios públicos de cuidados, algunas madres optan por el
autoempleo para poder combinar de mejor manera sus actividades económicas con
las de cuidados. Si bien esta opción resuelve la necesidad de atención a niñas,
niños y adolescentes en los hogares, o de otras personas en situación de
dependencia, mientras que permite a las mujeres obtener determinados ingresos
económicos, la provisión de éstos solamente por parte de ellas, sin la intervención
corresponsable del padre y el gobierno, limita el crecimiento de sus negocios y
empresas y, por tanto, su empoderamiento económico.
De acuerdo con la Encuesta
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2019, las mujeres dedican menos horas a
sus empresas o negocios que los hombres. Pues un porcentaje importante de ellas
(30%) tiene jornadas laborales que van de las 15 a las 34 horas a la semana,
mientras que las de ellos (37%) son, primordialmente, de 35 a 48 horas.[1] Lo
anterior no quiere decir que las emprendedoras o empresarias destinen el resto
de su tiempo al descanso o al esparcimiento, pues la Encuesta Nacional del Uso
del Tiempo (ENUT) de 2014 muestra que las mujeres trabajan de manera no
remunerada en promedio 25 horas a la semana cuidando a personas menores de 14
años que integran los hogares, mientras que los hombres emplean solo 11 horas a
este trabajo.[2]
Para que las mujeres puedan
destinar más tiempo al crecimiento de sus negocios o empresas, es
imprescindible que los demás actores involucrados en la provisión de cuidados:
los hombres y el gobierno, asuman, tanto en tiempo como en costos, su
responsabilidad de cuidar a las personas que lo requieren. Además, la
liberación de tiempo para las mujeres es importante para que puedan disfrutar
plenamente de su autonomía.
Fuente: ONU MUJERES |
Fuentes:
[1] Inegi, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2019, segundo trimestre, disponible en: https://wwwinegi.org.mx/programas/enoe/15ymas/default.html#Tabulados
[2] Inegi, Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (ENUT) 2014, disponible en: https://www.inegi.org.mx/programas/enut/2014/default.html#Tabulados
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